miércoles, 25 de marzo de 2015

Inicios

La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento bélico internacional que, empezó en Europa en agosto de 1914, no sólo llegó a ser una "guerra total" sino que avanzo al ámbito mundial cuando intervinieron en ese conflicto naciones situadas en otros continentes. Por primera vez en la historia de la humanidad, una lucha armada incluía países muy alejados geográficamente; además su evolución y desenlace dejaron unos cambios que marcaron la diferencia y que afectaron al mundo entero. Sin embargo, hasta antes de 1945 este gran fenómeno histórico fue conocido como la "Gran Guerra" y no sería hasta después de ocurrida la Segunda Guerra Mundial cuando se hizo necesaria la distinción numérica secuencial entre ambos conflictos. Por su magnitud y consecuencias, la Primera Guerra Mundial constituye una profunda brecha que separa el siglo XX de todo lo que le precedió, no obstante que sus orígenes se encuentran, por supuesto, en los hechos del pasado inmediato.


Las alianzas
El dominio sobre las áreas coloniales inicio conflictos entre las potencias que se resolvían a través de acuerdos diplomáticos, o mas bien de guerras que se mantenían dentro de un mareo estrictamente local. Además, las alianzas que se formaban duraban muy poco y los países cambiaban de alianza frecuentemente, según las circunstancias.
Sin embargo, las reglas de juego de la diplomacia internacional fueron cambiando poco a poco. A medida que crecían mas las necesidades de expansión de las grandes potencias industriales, las confrontaciones se fueron haciendo incontrolables. Por un lado, era muy difícil resolver los conflictos en un escenario que se había hecho más grande. Los enfrentamientos ya no sólo podían presentarse en Europa sino también en África, China o el Medio Oriente. Además, había nuevos competidores y eran muy agresivos. Estados Unidos y Japón se habían convertido en grandes potencias que se disputaban el dominio del área del Pacífico. Alemania aparecía muy poderosa, pero no satisfecha por haber llegado tarde al reparto colonial. Sus intereses expansionistas en China y África del Sur chocaban con el dominio que los ingleses habían establecido en esas zonas. Justamente, las posiciones irreconciliables entre Alemania e Inglaterra fueron las que generaron un sistema de alianzas para siempre que puso en peligro la paz mundial. Por un lado, se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y Austria-Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en alejarse. Por otro lado, Francia, el Imperio ruso y Gran Bretaña se unieron en la Triple Entente.
La situación fue tomándose aún más grave a raíz de los conflictos internos que atravesaban muchas de las grandes potencias. Rusia estaba amenazada por una revolución social, el Imperio austro-húngaro se destrozaba en luchas entre nacionalidades que ya no podían ser paradas por el gobierno; en el Estado alemán los enfrentamientos políticos detenían la política exterior. Los gobiernos parlamentarios, como los de Gran Bretaña y Francia, debían hacer frente a los reclamos de los trabajadores y los sectores medios que demandaban mayores derechos políticos y mejores condiciones de vida.
Muchos gobiernos trataron de arreglar estas crisis sociales y políticas llamando a todos los sectores a dejar de lado sus diferencias y a unirse detrás de los superiores intereses nacionales. Fomentaron un sentimiento patriótico
La escuela y el servicio militar obligatorio les sirvio para estimular los sentimientos nacionalistas a través de ceremonias diarias, como el izamiento de la bandera. Con el mismo objetivo se establecieron nuevas fiestas nacionales, como la que conmemora la Revolución Francesa, recordada los 14 de julio en Francia.
La prensa también jugó un papel muy importante en todo este proceso exagerando las cualidades de la nación y poniendo en ridiculo o disminuyendo las de los pueblos extranjeros.



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